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viernes, 9 de enero de 2015

La flor presumida

Érase una vez una flor que se creía la más bella del mundo. Tenía los pétalos amarillos y un delicado aroma. Vivía cerca de una charca en la que contemplaba su imagen reflejada.
«Soy -se decía- el ser más bello del mundo.»
Un día, una niña que pasaba se fijó en la flor. Era tan hermosa que no pudo resistir la tentación: la arrancó y se la llevó a casa.
Allí, se la regaló a su abuela, que la colocó sobre la mesa en un jarrón. La flor se sentía feliz, pues tenía cerca un espejo en el que contemplarse. ¡Era un narciso!


0.999.1 anonimo cuento - 063

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