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martes, 6 de enero de 2015

El profesor chiflado

El profesor Habichuela estaba muy emocionado. Acababa de construir su nueva máquina y había llegado el momento de ponerla en funcionamiento. Era el artilugio más complicado que había fabricado hasta el momento y se sentía muy orgulloso.
Hizo venir a su ayudante para que presenciara el gran momento.
La máquina tenía palancas a ambos lados y una chimenea para que saliera el humo. Las ruedas eran verdes y marrones, y los paneles laterales estaban pintados a rayas blancas y rojas. En un lateral había un armarito que, según explicó el profesor, servía para colgar abrigos húmedos. En la parte de atrás tenía un estante en el que se podía colocar una caja con plantas.
Su ayudante puso cara de preocupación y perplejidad.
-Pero... ¿para qué sirve? -preguntó tímidamente.
El profesor se rascó la cabeza y reflexionó.
-Ahora que lo dices... -respondió. ¡Qué tonto he sido! ¿Cómo no se me ha ocurrido a mí? ¡No sirve absolutamente para nada!


0.999.1 anonimo cuento - 061

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