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jueves, 8 de enero de 2015

El pez salvador

El enanito verde estaba sentado con los brazos cruzados y, cuando quería extender uno hacia delante, el otro se desplazaba automáticamente hacia atrás.
Una trucha que nadaba por allí vio al enanito en esta extraña postura y le dijo:
-¿Qué me das si consigo curarte? 
-¿Qué quieres? -preguntó el enano.
-Huevos de hormiga para dos semanas, mi comida preferida -respondió rápidamente.
-¡De acuerdo! -asintió el enanito.
La trucha empezó a nadar en círculo alrededor del enano y le quitó su abrigo. En ese momento, empezó a mover libremente los brazos.
¡El astuto pez había adivinado en seguida que el enanito se había puesto el abrigo sin quitar la percha!


0.999.1 anonimo cuento - 063

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