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domingo, 4 de enero de 2015

El kashkul

Se cuenta que un derviche detuvo un día a un rey en la calle. El rey dijo:
-¿Cómo te atreves, tú, un hombre insignificante, a interrumpir el paso de tu soberano?
El derviche contestó:
-¿Puedes tú ser un soberano si ni siquiera puedes llenar mi kashkul, el tazón que uso para mendigar?
Levantó su tazón, y el rey ordenó que se llenara con oro. Pero, tan pronto como el tazón se llenaba de monedas, éstas desaparecían y parecía estar vacío nuevamente.
Costal tras costal de oro se trago, y aun así el sorprendente tazón devoraba las monedas.
-¡Paren! -gritó el rey. Este embaucador está vaciando mi tesoro.
-En tu opinión, estoy vaciando tu tesoro -observó el derviche. Pero, para otros, simplemente estoy ilustrando una verdad.
-¿Cuál es esa verdad? -preguntó el rey.
-La verdad es que el tazón simboliza los deseos del hombre, y el oro lo que se le da. No hay fin a la capacidad del hombre para devorar, si no se lo cambia de alguna forma. Verás, el tazón se ha comido casi toda tu riqueza, pero sigue siendo una cáscara de coco tallada y no se ha alterado de ninguna forma por la naturaleza del oro. Si lo deseas, métete en el tazón. A ti también te devorará. ¿Cómo, en vista de esto, puede un rey creerse importante?


0.187.1 anonimo (asia) - 065

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