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viernes, 9 de enero de 2015

David y el somormujo

David trepó a un sauce desde cuyas ramas se dominaba el estanque. Era un lugar ideal para zambullirse en el agua.
Estaba pensando en el chapuzón que iba a darse cuando, en la misma rama pero un poco más arriba, distinguió a una extraña criatura. Era un ave dispuesta a zambullirse en el agua.
-¿Quién eres tú? -preguntó David.
-Un somormujo, claro -contestó el ave-pez en tono malhumorado. Me paso día y noche zambulléndome en el agua y ¡no te imaginas lo pesado que es! ¿Crees que podrías sustituirme hoy para que yo pueda descansar un poco?
David asintió encantado. De esta forma se pasó todo el día, hasta que anocheció, zambulléndose en lugar del somormujo.


0.999.1 anonimo cuento - 064

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