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sábado, 13 de septiembre de 2014

La liebre y el sapo .485

Se hicieron una carrera la liebre y el sapo. Y es claro, el sapo es mucho más lerdo. Se puso di acuerdo con unos cuantos sapos para ponerse así a distancia uno más allá de los otros. Claro, como todos los sapos son igualitos, no se distinguen.
Largaron la carrera. Cada vez que iba corriendo la liebre, cuando quería acordar, saltaba delante un sapo. Y seguía, y más allá le saltaba otro sapo. Y siempre le saltaba uno adelante y le ganó no más el sapo.

Elías Alcaraz, 51 años. Las Lomas Blancas. Ayacucho. San Luis, 1951.

Cuento 485. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini

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