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jueves, 30 de agosto de 2012

Los gigantes de la montaña


En tiempos muy remotos alzábase un castillo llamado de Burg Niedeck en la más eminente cima de las alturas de Alsacia, que servía de morada al más poderoso de los gigantes, con su esposa y familia. Este gigante tenía una niña, llamada Freda, que era tan alta como la torre de la iglesia del lugar vecino.
Era una criatura curiosa en extremo: amiga de husmear por todas partes. Se le permitía trepar por las montañas y jugar en los bosques y prados vecinos, siempre que no intentara bajar al valle, en donde moraban las gentes del país. Estas, en su mayoría, eran labradores que se dedicaban a la siembra de cereales de todas clases y al cultivo de sus viñas, labores a las que los gigantes no podían dedicarse; pero éstos vivían del trabajo de aquéllos.
Decía la tradición que el día en que un campesino descubriera el camino del castillo de Burg Niedeck, desaparecerían como por encanto todos los gigantes; pero Burg Niedeck, estaba situado en un punto casi inaccesible, y difícilmente se podía llegar a él, por lo cual los habitantes del llano no habían intentado nunca subir hasta allí.

999. Anonimo

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